Así es "Chichino", el primer vino malargüino

La producción de la bebida marca un antes y un después en la matriz productiva del departamento. Enterate en la nota cómo se inició el proyecto y los planes a futuro.

Producción local 05 de febrero de 2022 Mendoza Hoy Mendoza Hoy
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De estos viñedos, ubicados a unos kilómetros del centro departamental, nació "Chichino".

Históricamente, Malargüe estuvo fuera del mapa vitivinícola provincial al no albergar plantaciones de vides. Sin embargo, esto quedó en el pasado y el departamento del Sur ya puede decir que está ampliando su matriz productiva a partir de la presencia de su vino pionero: Chichino.

Es tal el impacto que ha provocado, que este año Malargüe decidió volver a participar de la Fiesta Nacional de la Vendimia y en sus viñas se desarrolló la Bendición de los Frutos. Inclusive fue uno de los puntos que abordó la fiesta departamental llamada “Preludios de nuevos caminos de esperanza”.

Chichino es un emprendimiento familiar, con Juan Gabriel Montanari y Lelia Di Paolo a la cabeza, que demostró que la localidad sureña también es capaz de cobijar a la bebida nacional.

Mendoza Hoy dialogó con Juan Gabriel Montanari, uno de los responsables del proyecto, sobre sus inicios, la aceptación de los habitantes y los desafíos.

“Salió como un hobby. Mi suegro desde el interior del quincho dijo que le gustaría tener unas parras para verlas desde el ventanal”, comenzó Montanari.

Así fue como la familia oriunda de General Alvear, que tradicionalmente se dedica a la construcción, recibió 350 plantas obsequio de un amigo de Tupungato. Esto cambió los planes. “Tuvimos que reformular el proyecto y no hacer una hilera. Mejoramos otro pedazo de tierra para poder poner las plantas. Gracias a Dios, prendieron 250”, comentó Juan resaltando las bondades del suelo malargüino.

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La familia Montanari- DiPaolo espera ampliar el viñedo, tanto para aumentar la producción como para abrir las puertas al turismo.

A pesar de ello, los primeros augurios que recibieron no fueron buenos ya que las plantas pertenecían al Bonarda. Su uva no madura hasta abril por lo que les anticiparon que “no iban a alcanzar el grado”.

Contrario a estas predicciones, las vides fueron creciendo. El segundo año dieron racimos para consumo personal; el tercero, un amigo de la familia se llevó tres cajones para hacer vino patero. Al cuarto, se encontraron con la primera sorpresa debido a que la producción fue mayor. En ese momento decidieron darle un giro a la idea original.

Así fue como se contactaron con Carlos Lalic, un enólogo alvearense y amigo de la familia. Él se encargó de la elaboración del vino y, de los 350 kilos de uva que recibió desde Malargüe. Logró producir 120 botellas de 750 cm3. Nació “Chichino”. El nombre es un reconocimiento al padre de Lelia quien tuvo el primer sueño.

El resultado fue bueno, pero algunas plantas maduraban antes que otras lo que mantenía dudas que se despejarían después de la visita de un inspector del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Ese momento traería la segunda sorpresa: no todas eran bonarda, también había Malbec. El vino resultó ser un blend de estos dos varietales.

Un punto a destacar es que el cuidado de las plantas es totalmente orgánico sin utilización de fertilizantes. Montanari resaltó que “no se las cura y están sanas”.

En otro orden, sabemos que Malargüe es zona de vientos fuertes y temporales de nieve, aunque las vides han demostrado resistencia a estas condiciones climáticas.

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El nombre del vino, Chichino, es un reconocimiento al padre de Lelia quien tuvo el primer sueño.

El proyecto va por más

La familia ahora planifica ampliar el viñedo hacia otra parte del predio, tanto para aumentar la producción como para abrir las puertas al turismo.

“Tenemos otra hectárea y media más donde estamos trabajando la tierra para plantar una hilera y ver si nos da el mismo resultado. La idea es que si viene un turista y quiere probar un vino, pueda hacerlo”, afirmó Juan. 

Además, un restaurante local quiere tenerlo como parte de su vinoteca. “Los que lleguen primero a Malargüe podrán saber cómo es el gusto de un vino en el sur de la provincia” comentó entre risas.

Por último, a los Montanari- DiPaolo también les gustaría elevar la producción para que los malargüinos, quienes desde un principio los apoyaron, tengan la posibilidad de disfrutar el vino que nace en su propio departamento.

De Malargüe a la provincia

Montanari adelantó que se espera llevar el vino al resto de la provincia, aunque sabe que este camino recién empieza y será un trabajo arduo, pero no imposible.

“Nos va a costar porque estas son plantaciones nuevas. Veremos este año cómo se comporta la producción y cuánto sacamos. A las plantas más jóvenes les ha costado crecer, pero van dando sus frutos. Año a año vamos aumentando la cantidad de litros”, señaló.

“Es un viñedo chico, no son hectáreas como en otras partes de la provincia, pero es una novedad. Ha salido un vino muy rico y esperamos que al que lo pruebe le guste”, finalizó.

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