Restos arqueológicos confirmarían la presencia inca en San Carlos

El descubrimiento en la Laguna del Diamante muestra que estos pueblos ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos entre los ríos Mendoza y Diamante. Además, evidencia que construyeron un espacio sagrado en la caldera del Maipo.

Actualidad 13 de marzo de 2022 Mendoza Hoy Mendoza Hoy
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Vista de LD-S25, uno de los sitios que puede asociarse a la presencia inca en Mendoza. Foto: Gentileza UNCuyo.

El sábado 5 de marzo, un grupo de arqueólogos del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (ICB, UNCUYO-CONICET), acompañados por personal de la Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de Mendoza y Gendarmería Nacional, descubrió dos sitios arquelógicos que pueden asociarse a la prescencia inca en Mendoza. Se encuentran en los faldeos del volcán Maipo, dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en San Carlos.

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Camino al sitio LD-S25 con el Volcán Maipo de fondo. Foto: Gentileza UNCuyo

El denominado LD-S25, incluye más de 20 estructuras generadas mediante muros bajos de roca. Se destacan recintos y espacios pircados con formas rectangulares, uno de ellos de grandes dimensiones (57 por 10 metros); recintos con plantas circulares de alrededor de 3 metros de diámetro; un camino de acceso de 40 metros con sus límites demarcados con rocas medianas y pequeñas, un muro doble lineal de 20 metros y dos pisos empedrados.

El otro sitio arqueológico, denominado LD-S26, está conformado también por un conjunto importante de estructuras pircadas. En este caso predominan las de planta circular que se destacan por sus dimensiones (algunas de alrededor de 10 metros de diámetro) y por tener en sus centros apilamientos de rocas que, estiman los arqueólogos, debieron tener forma de columnas antes de derrumbarse parcialmente. Estas columnas de piedra que aparecen dentro y fuera de los grandes círculos de LD-S26, en la época de los Incas recibieron el nombre de topus o sayhuas y servían para marcar distancias, límites y también, como en este caso, para hacer observaciones astronómicas.

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El LD-S26 posee una estructura circular con otra menor en su interior. Foto: Gentileza UNCuyo.

El grupo de investigación estuvo conformado por Víctor Durán (Investigador del CONICET y docente de la UNCUYO), María Sol Zárate Bernardi (Becaria doctoral del CONICET y docente de la UNCUYO), Agustín Castillo (estudiante de la carrera de Arqueología de la UNCUYO), Alberto Orellano y Jimena Martínez (Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de la Provincia de Mendoza).

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Parte del equipo que realizó el hallazgo: Alberto Orellano, Agustín Castillo, Jimena Martínez y María Sol Zárate Bernardi. Foto: Gentileza UNCuyo.

La importancia de los descubrimientos

Estos nuevos hallazgos son cruciales para la Arqueología de la región que históricamente ha considerado que los Incas establecieron su límite meridional en el valle del río Mendoza, por donde pasaba el Qhapac Ñan (el Camino del Inca). Tanto en Chile como en Argentina, predominan posiciones que consideran que los ambientes cordilleranos altos de las cuencas de los ríos Maipo y Diamante fueron ocupados, hasta momentos históricos recientes, por sociedades cazadoras-recolectoras procedentes de las planicies orientales.

Con respecto a los topus o sayhuas (columnas), los investigadores argumentan que existe una posibilidad de que se hayan usado para marcar la salida y puesta del sol durante los solsticios o equinoccios. "La asociación de este sitio a observaciones astronómicas es por lo pronto una hipótesis, que se ha generado al tener en cuenta que algunas de las estructuras circulares están alineadas y otras pueden alinearse con puntos naturales que se destacan en el paisaje, por ejemplo la cima del volcán Maipo o las cumbres de otros cerros y también portezuelos", dijeron.

Por otra parte, relevaron apilamientos de forma cónica o piramidal ubicados en cumbres menores situadas al poniente, que "son claramente visibles desde el sitio y pueden haber marcado la puesta del sol". Aunque los estudios arqueoastronómicos recién comienzan a proyectarse, los especialistas estiman que arrojarán resultados muy novedosos.

Coincidencias claves

En ambos sitios aparecen marcas de rayos sobre grandes bloques oscuros. "Se estima que, a través de estas marcas, que en ocasiones hacían los propios incas logrando formas similares, se veneraba al dios del rayo: Illapa o Tunupa", explicaron los investigadores. Este tipo de prácticas ha sido registrado en otros lugares de Argentina, Chile y Bolivia en asociación con la expansión inca.

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Marca de rayo sobre una piedra en LD-S25. Foto: Gentileza UNCuyo.

¿Qué tareas arqueológicas se hicieron en el sitio?

Se generó un registro fotográfico de las estructuras y el ambiente de ambos sitios, se recolectó material arqueológico, como cerámica y artefactos líticos (de piedra) que aparecían en superficie y se hizo una pequeña excavación en LD-S25 para obtener muestras de carbón que permitan hacer dataciones radiocarbónicas.

Qué se hará en lo inmediato

A finales de marzo se hará un nuevo trabajo de campo en colaboración con Nicolás Palacios Prado y Andrés Pérez para hacer mediante un dron y un GPS geodésico el relevamiento aerofotogramétrico de ambos sitios.

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