Mendoza y Andrés Calamaro se sorprendieron mutuamente en un show inolvidable

“La honestidad no es una virtud, es una obligación. La brutalidad, en cambio, es un derecho que tienen algunos sistemas nerviosos frágiles”. Manifestaba Andrés Calamaro en aquel libro impreso que acompañaba su memorable álbum doble lanzado en 1999, cargado de emociones y experiencias traducidas en canciones que rápidamente se convertirían en clásicos. 

25 años después, el comandante recorre ciudades para seguir inmortalizando estos himnos. Así, la noche del 15 de noviembre fue recibido por miles y miles de mendocinos en el Multiespacio Cultural Luján de Cuyo, quienes no quisieron perderse el show del salmón. 

(Foto: Micaela Carbonari MCLC)

Cuando el reloj marcó las 21.20, se apagaron las luces y Calamaro salió al escenario junto a su banda para regalar los primeros acordes tributos a Led Zeppelin unidos a El día de la mujer mundial, canción que justamente abre el disco Honestidad Brutal. “Mil gracias Mendoza", sostuvo impactado y demostró desde el inicio su sorpresa frente al multitudinario acompañamiento.

Para qué, Cuando te conocí y A los Ojos siguieron generando un particular clima que Andrés definió como “ambientazo”. El repertorio continuó con Sin decir una palabra, Más duele y Te quiero igual.

Momento especial se produjo cuando sonó Con abuelo, su expresivo homenaje a Miguel Abuelo. Y si de homenajes se trata, aprovechó la nostálgica atmósfera que quedó servida para recordar y dedicar la presentación a Cantero. “Mi querido amigo, gracias Marciano por tu dulzura. Estoy cantando en tu tierra”, señaló emocionado.

El show avanzó con sorpresas como Una Bomba, All you need is pop, No tan Buenos Aires y Clonazepam y circo.

Y ya que estamos en la tierra del vino, Calamaro catalogó su presentación como “un 70% varietal Honestidad Brutal, cosecha 1999”. En ese plan continuó con No va más, Las heridas y Los aviones.

Sin embargo, también hubo lugar para colecciones de otras cosechas como Algún lugar encontré, La parte de adelante, Cuando no estás, Crímenes perfectos, Tuyo siempre, Alta suciedad, Flaca y Paloma.

“No pienso en la trascendencia, en el legado, pero sin dudas estar todos juntos acá es lo que importa”, reflexionó antes de presentar a su banda integrada por músicos con quienes comparte desde hace años e incorporaciones recientes. 

(Foto: Micaela Carbonari MCLC)

El hasta luego del torero

Tras una primera despedida fallida, la formación regresó al escenario para interpretar Estadio azteca y finalmente Los chicos, explotando de fuerza la noche en Luján.

Antes de retirarse, tomó unos minutos para saludar a su público y regalar sus tradicionales media verónica, ese gesto de torero que ofreció utilizando su camisa roja.

Sin dudas, esa noche quedará grabada en Calamaro y en los miles de grupos de amigos, parejas, familias que colmaron el enorme Multiespacio para vibrar alto.